Por no ponerle nombre....,
no importa mientras vós lo sepas.
Un día ví las teclas de esa máquina ,
desde dónde llegan esas palabras,
pero no pude ver tus manos,
ni tu rostro,
tampoco importa mientras vós lo sepas,
mientras sepas que de todas maneras,
elegí quedarme cerca aunque sea callando.
En los suburbios de mi ser pensante,
un cúmulo de preguntas, y también de respuestas,
vagan con la esperanza de que alguien reclame conocerlas.
Hubo alguna vez inocencia de por medio,
la mala costumbre de darse a conocer,
sin otro motivo que el de la propia existencia.
Y vida de por medio,
preguntas y respuestas perdieron la costumbre,
pero ahora se sienten presas ,
y ya no saben salir por voluntad propia,
piden ayuda a gritos, pero su voz no se escucha.
Entonces crecen, se alimentan,
y permanecen, en su desasosiego constante....., permanecen.