Era así como iba a comenzar un supuesto post anoche,
venía caminando y escribiendolo en mi mente,
trataba de explicarme a mi misma para después transcribirlo,
porque no podía detener este dolor punzante,
este anticipo de algo que no sabía lo que era,
Después la llamada, la noticia que si sabía iba a llegar en estos días.
La certeza de esa cercanía otra vez se terminaba,
y la noche no se siente pasar,
cuando se quiere disfrutar cada segundo,
fotografiar para nosotros hasta el sencillo movimiento de tu mano,
al abrir la caja para sacar el disco,
la rápida mirada hacia aquellas copas en uno de los tantos rinconcitos mágicos del lugar,
el deleite del vino blanco frío,
los discos saliendo como pancitos calientes que se esperan en noches de invierno, uno atrás del otro alistándose en el horno.
Y la mochila , y la guitarra, y las fotos,
Y He -Man,
y la pared de piedra que va a quedarse ahí esperando, y guardando estos sonidos, igual que nosotros,
y tus manos, otra vez mi mirada concentrada en tus manos,
esto va, esto no , ¿donde pongo esto?, ¿lo llevaré?
La envidia totalmente ilógica a esa máquina que va en tu bolso de mano,
cargando todos tus pequeños grandes tesoros.
Y el tiempo, pasando impiadoso,
¿no podría hacernos el regalo de enlentecerse un poco,
por lo menos esta noche?
Sentí imperiosa la necesidad de llamarte,
y resultó que era porque te estabas yendo..., una vez más,
mi adorado amigo perseguidor incansable de sus sueños,
también vós me estabas llamando para avisarme,
parece que a veces en esta era de las avanzadas comunicaciones,
hay métodos mucho más efectivos qe la computadora o el teléfono!
Después el abrazo, el deseo de buen viaje,
y el te quiero mucho que no dije pero que estaba implícito.
Después la noche que llegaba a su fin,
y la recorrida por estas fotografías mentales que guardé para mí.
Un año..., y estarás de nuevo por acá.
Si el tiempo pasara tan rápido como esta noche,
un año no sería nada.........